Hace un par de años realicé una valoración de una empresa que en el último año declarado, había registrado ingresos de casi US$ 270 millones, y cito el valor solo para resaltar que no se trata de una pyme. Trabajar para este cliente fue algo ‘placentero’ en el sentido que toda la información que necesitaba (desde estados financieros auditados hasta registros auxiliares semanales por línea de producto) la tenían disponible y de forma electrónica.

En una Startup pasa exactamente todo lo contrario. Algunos colegas coincidirán conmigo en que valorar una Startup puede ser un gran dolor de cabeza, puesto que la ausencia de información junto con la ausencia de sistemas avanzados de control hace que la proyección de valores y generación de escenarios sea muy complicada. En sí, las principales características de una Startup son:

  • Falta general de información histórica relevante: a veces solo se cuenta con información de uno o dos años;
  • Posición financiera que asusta: números en rojo por todas partes, principalmente en lo que refiere a la utilidad;
  • Actividad relativamente nueva: normalmente su actividad está relacionada con el desarrollo de nuevas tecnologías, con características excesivamente técnicas;
  • Posición solitaria en el mercado: a veces estas empresas son las únicas que desarrollan el producto o servicio que ofrecen, por lo cual no hay datos disponibles de otras empresas como para hacer una comparación fiable;
  • Falta y/o falla de controles internos: a veces la contabilidad no es más que un registro de ingresos y gastos en Excel; otras que sí tienen balances y/o software contable no tienen políticas operativas (Ej: días de cobro, días de pago, días de inventario) o no tienen adecuados sistemas de control (Ej: quien vende también cobra y factura).
  • Potencial futuro: Algo que caracteriza a la mayoría de Startups es su potencial de crecimiento gracias a un producto o servicio interesante e innovador, pero claro, esto es a futuro puesto que en el presente no existen beneficios todavía.

Entonces, ¿cómo valorar una Startup? En mi opinión, la clave está en poder formarse una opinión sólida pero imparcial sobre el presente y futuro de la Startup, lo cual se logra poniéndose en el lugar de un futuro inversor que quisiera comprar acciones de la Startup. Para formarse esta opinión, los criterios cuantitativos sirven, pero también servirán de mucho los criterios cualitativos. Algunos de estos criterios podrían ser los siguientes:

  • Producto innovador: Un producto es innovador cuando plantea una solución más eficaz a un problema ya existente o cuando logra identificar un problema nuevo y da una solución. El modelo T de Henry Ford fue innovador puesto que dio una mejor solución al problema de la movilidad ante la alternativa de usar más y más caballos.
  • Proyección de mercado: el profesor Nassir Sapag identifica dos tipos de mercado: el mercado de Stock (el ya existente) y el mercado de flujo (el que pronto existirá). Los smartphones han sido exitosos porque cuando salieron, fueron atractivos a un mercado existente (los jóvenes) pero también atrae a un mercado potencial (los niños que pronto tendrán edad para usar uno). Por tal razón los primeros años de una Startup, el crecimiento es explosivo.
  • Capacidad de existencia: los financieros llamamos a esto “evaluación de negocio en marcha” y no es otra cosa que evaluar cuántos años existirá esta empresa. Por ejemplo, ¿cuántos años durará en el mercado un gimnasio de crossfit? A futuro podría salir una metodología de ejercicio más innovadora que acabe con la moda del crossfit. No pasa lo mismo si nos preguntamos cuántos años duraría un banco.
  • Horizonte bien marcado: Puede que la empresa sea deficiente en controles internos y sistemas de reporte, pero debe tener un horizonte bien claro. Si la empresa cuenta con un plan estratégico bien armado e implementado a través de metodologías adecuadas como el Balanced Scorecard o el Business Model Canvas, esto será un punto a favor de la capacidad de existencia de la Startup.
  • Manejo de redes sociales: Esto habría sido irrelevante años atrás, pero ahora es muy importante y hasta diría que imprescindible. Un buen manejo de redes sociales (preferible con un community manager o con el adecuado outsorcing de empresas especializadas) la empresa tendrá altas probabilidades de tener un crecimiento sostenido.
  • Calidad estratégica de los socios: Una empresa con varios socios o accionistas tiene más capacidad de existencia que una empresa con un solo inversor, entiéndase el emprendedor. Pero también es importante la función que cumple cada socio. Puede que un socio o accionista sea el promotor del negocio (quien tuvo la idea original), por lo que el otro socio debería suplir lo que al socio promotor le hace falta, pero no necesariamente con dinero. Si el socio promotor tiene perfil financiero, el otro socio bien pudiera tener perfil de mercadeo.
  • Cordialidad de los socios: Si los socios están constantemente peleándose entre sí o tienen opiniones distintas, entonces la empresa no tendrá futuro. Si por el contrario, aunque tengan opiniones distintas pero toman decisiones en conjunto y todos los socios apoyan las decisiones, entonces la empresa tendrá mayor capacidad de existencia.
  • Razonabilidad del crecimiento: Los socios deben estar conscientes de que crecer cuesta dinero, por tal motivo si un socio o inversor habla de crecimiento sin mencionar lo que debe gastar e invertir en la empresa para alcanzar el crecimiento (y sobre todo, cómo piensa financiar este gasto o inversión), entonces sus perspectivas resultarán poco creíbles. También se debe analizar si el crecimiento previsto es exagerado o por el contrario, muy conservador.
  • Disposición a ceder: Si lo que la Startup necesita es financiamiento, el crédito bancario no es la única opción. Existen fondos de capital semilla dispuestos a aportar fondos en forma de capital social, pero es importante que los socios estén dispuestos a varias cosas, como por ejemplo a ‘desnudar’ absolutamente toda la información financiera de la empresa, por poca que ésta sea. También, deben estar dispuestos a ceder su participación porcentual dentro del capital de la empresa. Por último, deben estar dispuestos a ceder su administración, pues ciertos fondos a veces requieren colocar a un administrador temporal (en vez del socio promotor) que ayude en la formalización de la empresa.

Luego del análisis de los elementos cualitativos, viene la parte de los criterios cuantitativos. En mi opinión, aunque cueste más trabajo de lo normal, se debe utilizar el método de descuento de flujos de caja para valorar la Startup y no otros métodos, como el uso de múltiplos por cuanto resultan muy inestables a fin de mantener fijo un valor o un rango de valoración. Tales métodos a veces solo sirven como complemento al método principal. Por último, siempre debemos tener presente que el valor de una empresa lo determina su capacidad de generación de flujos de efectivo y que su rentabilidad efectiva debe ser mayor a la rentabilidad mínima exigida que se establece en función a los riesgos que se asumen en el negocio.